miércoles, 13 de enero de 2010

Funerales

Una tarde estuvimos tomando el té en la sala cuando llamaron a mi novia. Cogió el móvil y por su tono y expresión era clara que había malas noticias. Cuando se terminó la conversación dijo: ´Murió un padre de un amigo, tenemos que irnos.´ ´¿Qué? ¿Dónde? ¿Cuándo?´ ´Ahora mismo. Vamos al tanatorio.´ Y nos fuimos inmediatamente. En el parking del tanatorio ya encontramos a muchos conocidos. Dentro había colas de gente esperando para dar el pésame a los hijos y la madre. Estos, desde luego, estaban completamente desconcertados. El padre había fallecido la noche pasada.

Me extraña mucho que, la tarde después de morir alguien, la familia ya tiene que recibir a todos los conocidos. ¿Por qué tanta prisa? Vale, porque el día después habrá el funeral. ¿Pero por qué tan rápido? Casi no hay tiempo para dar aviso a todos los miembros de familia, los amigos, los conocidos y los colegas. En Holanda, normalmente, hay más o menos una semana entre el fallecimiento y el funeral. Esto da tiempo para asimilar la peor tristeza y enviar cartas a todos los conocidos para avisarles del acontecimiento y escribirles cuándo será el momento de dar los pésames y cuando será el funeral o cremación. Existen sobres especiales para avisar de un fallecimiento. Tienen una estría negra para que los correos lo repartan cuanto antes.

El día después de la visita al tanatorio fuimos a la iglesia para despedirnos del padre del amigo. La iglesia estaba en un pequeño pueblo aquí en El Bierzo. Mientras esperábamos en la iglesia llenísima, de vez en cuando una mujer recitaba algo en voz alta y un coro de mujeres respondió, todo esto muy rítmicamente. Era bonito, a un lado, pero también un poco escalofriante. Empezó el servicio. Como ateo extranjero no entendí mucho. De vez en cuando tuvimos que levantarnos, de vez en cuando el cura decía algo y toda la gente en la iglesia respondió. Se leía en voz alto un trocito de la biblia, y al final, cantando, se llevaba el ataúd afuera al coche. Después los viejos del pueblo formaban una cola para obtener una hostia del cura. Mientras todo el servicio no había ni una palabra dedicado al hombre fallecido. Era todo rito; nada personal.

Hoy día, en Holanda es costumbre que en los funerales miembros de la familia o amigos pronuncian un discurso sobre el fallecido en que se recuerda su vida y lo que significaba para otra gente. Entre los discursos hay música elegida por la familia y los amigos. Normalmente se trata de la música favorita del fallecido.

Ya tres veces en mi vida murieron persones importantes para mí. Un amigo, mi padre y mi madre. Las tres veces me he dirigido a la gente en la sala del cementerio. Las tres veces he ayudado a elegir la música adecuada. Sentía bien hacerlo. Discutir con mi tío sobre quién va a decir qué sobre mi madre. Hablar con mis hermanos y amigos sobre la música que le gustó más al fallecido. Es una manera de asimilar y compartir la tristeza. Desde luego, hablar en público mientras sintiendo una tristeza tan profunda puede ser muy difícil. A veces se tiene que llorar. La gente que escucha llora. ¿Pero no es esto la razón de estar allí en esa sala del cementerio? Llorar juntos. Despedirnos con tristeza. A veces con una sonrisa cuando se recuerda un anécdota bonita de la vida del fallecido.

Todo esto echaba de menos durante el funeral aquí en El Bierzo.

Roland

4 comentarios:

  1. Pues yo también echo de menos que aquí, en España, no se celebren los funelares com tú dices que se hace en Holanda. Que ese momento de la despedida definitva no sea más personal, con carácter de algo único, para que nos ayude a que el recuerdo de esa persona no nos abandone.

    Felicidades por tu blog, Roland.

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  2. Tienes razón Roland aquí son poco personales los funerales y creo que lo único que queremos es quitarnos al muerto de encima cuanto antes, por mi experiencia la familia no descansa hasta que se celebra el entierro. Por supuesto tal y como cuentas son mas bonitos los funerales holandeses.

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  3. Qué bueno lo de los viejos esperando recibir una hostia del cura.

    Yo diría "esperando recibir del cura una hostia". No se, ha quedado gracioso

    Esteban

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  4. Estimado Roland, estoy tratando de contactarte pero no encuentro ninguna dirección de mail en tu blog. ¿Me envías un mail a info@estadopublico.com?
    Estado Público es un medio de comunicación. Gracias!

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