domingo, 29 de marzo de 2020

Wopke

Otra vez un ministro de hacienda de los Países Bajos hizo la vida de un guiri neerlandés más dificil con un comentario tonto en un momento delicado. Esta vez el ministro se llama Wopke Hoekstra (se pronuncia como hukstra). Ahora, que en la UE todos los países tienen que ponerse de acuerdo sobre un paquete de medidas para suavizar los efectos de la crisis económica, que sin ninguna duda nos espera, Wopke lo consideraba necesario decir que la Comisión de la UE tenía que hacer un informe sobre las razones por las cuales algunos países han construido reservas financieras (como los Países Bajos y Alemania) y otros no (como Italia y España).  No era exactamente el momento adecuado para abrir esta discusión, ahora que muchos países han paralizado su economía completamente y se necesita unos estímulos fiscales de la economía inmediatamente, por ejemplo financiados por eurobonos  (que son bonos emitidos por la UE para evitar especulación contra los bonos de algunos países como ocurrió en la última crisis). Quizás el comentario de Wopke estaba dirigido sobre todo al consumo en los Países Bajos, donde los partidos de la derecha del gobierno neerlandés (él es de los demócratas cristianos) sienten el aliento de los populistas en la nuca, pero para llegar a un acuerdo europeo era muy contraproducente. Vale, si sirve para algo será para disminuir la crispación política en España porque ahora hay un enemigo en común.

A mí me parecen los ‘coronabonos’ una necesitad en el corto plazo porque algunos países, Italia y España sobre todo, necesitan una manera de financiar sus gastos para salvar sus sistemas sanitarios y económicas, sin tener que pagar una tasa de interés alta. Por cierto, también en el largo plazo estoy en favor de los eurobonos como manera de financiar los déficits públicos de los estados europeos, aunque sobre este tema sí tenemos primero que hacer una investigación sobre las consecuencias. Y efectivamente, en el largo plazo tenemos que averiguar porque algunos estados europeos tienen más reservas financieras que otros, o sea, porque hay tantas diferencias en niveles de desempleo, déficits públicos  y productividad entre el norte y el sur de la UE. Es una cuestión importantísima para mañana, pero para hoy, lo primero que tenemos que hacer es buscar una manera de salir de la crisis todos juntos. Ya.


lunes, 23 de marzo de 2020

Amor en tiempos de covid-19

Nosotros también lo hacemos. Cada tarde a las 8 vamos a nuestra terraza para aplaudir. Una vez cantamos la canción Resistiré, vale, mi mujer la cantó y yo toqué la guitara. La verdad es que es agradable hacer estas cosas, como muestra de solidaridad con la gente trabajando en la sanidad, el transporte, las tiendas u otros sectores de importancia. Nos da la sensación de pertenecer a ésta amplia parte de la población de Ponferrada, El Bierzo, España, Europa y el mundo que quiere hacer lo que sea necesario para evitar un desastre sanitario, que es quedarnos en casa.

Dese luego hablamos mucho del virus. Estamos todo el día juntos en casa, mi mujer Ana y yo, pues ya sabemos exactamente lo que la otra persona hace y ha hecho. La única caminata posible es hacia el supermercado, pero conversaciones largas sobre este tema ya no tenemos, ahora que estamos acostumbrados a las colas largas afuera de las tiendas. Incluso el papel higiénico no es un tema; ya hay suficiente en los estantes y los peores días de acaparar se acabaron.

Entonces, un tema importante de la conversación durante la cena o la comida es lo que hemos leído en los medios sociales y los periódicos digitales. Lo que muestra esta crisis otra vez, es que nosotros, la gente de este mundo, a pesar de la diversidad cultural y política, nos parecemos mucho. Pero no todo el mundo es capaz de olvidar las diferencias de opinión en tiempos de covina-19. Aunque cada vez hay menos personas que niegan el problema, hay, desde luego, los compatriotas indignados que quieren dar la culpa a los otros, que pueden ser los inmigrantes, los capitalistas, las feministas, los neoliberales, los servicios secretos de China, los servicios secretos del EEUU, el gobierno actual, el gobierno anterior, el rey de España, Pablo Iglesias o Batman.
La crispación política parece en España más presente que en los Países Bajos*, como muestran las discusiones feroces entre el gobierno de Madrid y el gobierno central. Una cacerolada como hubo aquí cuando habló el rey en la televisión sería en los Países Bajos inconcebible en tiempos de covid-19.

Lo que a veces me da envidia son los mensajes y las fotos que mis amigos neerlandeses me envían. Aunque allí cerraron los sitios de ocio y las escuelas, todavía no hay un ‘lock down’ completo. Las autoridades médicas neerlandesas piensan que si todo el mundo se quede en casa y casi nadie se contagie, nunca se creerá una inmunidad del grupo, que en el futuro debe proteger a todos. Por eso, el primer domingo de la primavera mis amigos estaban afuera, caminando, o yendo con bici, disfrutando el buen tiempo. Desde luego los neerlandeses deberían mantener una distancia el uno al otro, pero no siempre todos lo hacían. A veces los humanos nos parecemos a las ovejas. Siempre vamos donde los otros van. Sin la disciplina de mantener las distancias allí también tendrán que imponer medidas más drásticas.

La gran pregunta es: ¿qué pasará después de la crisis sanitaria? Espero que esta vez la crisis no da alas al radicalismo o nacionalismo como tantas veces pasaba en la historia. Unidas tenemos que buscar soluciones sanitarias y para la crisis económica que sin ninguna duda nos espera. Hay mucho para hacer y tenemos que hacerlo en colaboración. Tenemos que compartir experiencia, conocimiento y riqueza. Con solidaridad. Y con amor.

PS Justamente el 23 de marzo, cuando publiqué esta entrada, los Países Bajos entraron en un casi lock down. Todavía se puede ir por un paseo, pero debe ser solito (o con tu hijo o perro).

*Ya no se habla de Holanda, que es la parte del oeste del país, sino de los Países Bajos. En vez de holandés utilizaré neerlandés.


domingo, 15 de marzo de 2020

Pensamientos pandémicos en El Pajariel

Es el viernes trece. Hoy han proclamado la pandemia. Por eso decidí hacer esta caminata tan pronto por la mañana. Pues, los murciélagos ya han ido a sus camitas, mientras la mayoría de los humanos todavía están en cama o tomando el desayuno. La probabilidad de un contagio es mínima. Además, con mis 61 añitos ya empiezo a ser un miembro de un grupo de riesgo. Nada mejor para mantener los pulmones sanos que subir una montaña. Todavía no hay absolutamente nadie. Aquí abajo al lado del río Sil solamente pían los pajaritos. Reconozco el verdecillo y el ruiseñor bastardo, que son en Holanda bastante raros, pero que aquí en El Bierzo se hacen cargo de la música de fondo primaveral. Por suerte la naturaleza nunca se cierra, haya o no haya una pandemia.

Lentamente subo El Pajariel por la pista. Ya tengo una vista maravillosa sobre El Bierzo bajo. Como tantas veces hay una ligera niebla de humedad y contaminación encima del valle. A ver si todas las medidas contra el virus van a tener un efecto positivo sobre la calidad del aire y las emisiones de CO2. Parece que la economía se va a parar por unas semanas. No tenemos que olvidar esta otra crisis: la del cambio climático. Los últimos días eran bastante calurosos. Hoy también. La flor de los almendros ya ha pasado su momento supremo, parece.

Tal vez una de las consecuencias de la pandemia será que la gente se acostumbra a trabajar desde casa. Yo mismo ya doy cada vez más clases por internet y la verdad es que me gusta. Por mi sorpresa es posible construir una relación personal con estudiantes que nunca he visto en persona. Se trata sobre todo de las clases de lengua y no tantas de las asignaturas que solía dar en Holanda: economía y estadísticas. 

Hablando de estadísticas. Sobre el virus circulan en los medios sociales mensajes extraños en los cuales la gente hacen comparaciones con cifras absolutas, donde porcentajes serían mas adecuados. Si, hay más víctimas mortales por la gripe normal que por el corona virus, pero eso es porque hay muchísima más gente que tenían una gripe normal.* Hasta ahora la mortalidad del coronavirus parece ser alrededor de 2 o 3%, una cifra que significaría un desastre con muchos víctimas y el colapso del sistema sanitario, si el virus se difundiera como la gripe normal. Puede ser que la mortalidad es más baja por infectados no registrados, pero tenemos que tener mucho cuidado.

La rara cosa es que hoy día el escepticismo sobre la ciencia no solamente viene de la gente muy religiosa, sino de la gente alternativa. Su odio a la industria farmacéutica es tan grande, que compran por mucho dinero medicinas homeopatías que son tan diluidos que no contienen nada de la substancia que supuestamente cure la enfermedad. Algunos niegan a sus hijos las vacunas. Y algunos piensen que todo del coronavirus es otra manipulación de los medios de comunicación mano a mano con las farmacéuticas.

Mientras tanto he llegado a mi senda favorita, que serpentea hacia arriba por un paisaje con robles y encinas. Por un rato olvido completamente el virus. Este es un lugar donde hay muchos animales. Al lado de la senda los jabalíes han removido la tierra en busca de las raíces. En el canchal donde el año pasado vi tantas veces corzos, ando tan silenciosamente como posible. Qué lástima, nada. De vez en cuando oigo un animalito crujir por la hierba y un animal más grande corriendo por los arbustos. No los veo, pero seguramente me han visto a mí. De pronto, cuando ya no lo espero, dos corzos saltan sobre la senda y bajan entre los robles. Cojo mi móvil para hacer una foto, pero ya desaparecieron. Vale, no es importante registrar el momento, sino disfrutarlo. Abajo en la ciudad las campanas en la Calle del Reloj tocan las nueve. En 15 minutos abren los supermercados. Por suerte todavía tenemos suficiente papel higiénico en casa.

* El domingo 15 de marzo el mismísimo Mario Vargas Llosa hace el mismo error, cuando quiere indicar que las medidas son exageradas: 
'Es por gusto que las estadísticas oficiales digan que, hasta el 11 de marzo, hay apenas 47 muertos por culpa de la pandemia y que, por ejemplo la simple gripe es más asesina que ella, pues causa por lo menos seiscientos muertos anuales...'
Señor Vargas Llosa, por favor, utiliza porcentajes para indicar el peligro de una enfermedad contagiosa. ¡Hay muchísima gente que tiene una simple gripe cada año, pero el coronavirus acabó de empezar!
Le puedo ofrecer clases de estadísticas por internet, en las cuales le enseñaré, entre otras cosas, porcentajes, análisis de la tendencia por extrapolación y calculaciones de probabilidad.


Los corzos ya desaparecieron