Ojalá fuera posible
viajar de vez en cuando ida y vuelta entre dos mundos paralelos, solamente para
ver que tal sería el resultado de una decisión diferente. Desde un mundo en que
dijiste ‘si’ a un mundo en que dijiste ‘no’. Desde un mundo en que fuiste a la izquierda
hacia un mundo en que fuiste a la derecha. Desde un mundo en que Europa sigue la
política de la austeridad hacia una Europa que combate la crisis con una política
keynesiana. Y muy fuerte sentí el deseo de poder viajar entre dos mundos paralelos
el lunes después de la decisión del IOC de dar los Olímpicos a Tokio, cuando estaba
leyendo el ABC en un bar en A Coruña.
Mientras estuve
allí esperando mi café con leche y churros, conté cuantas páginas ABC tenía llenado
con artículos y opiniones indignadas sobre el asunto. Eran al menos 25. Los columnistas
escribieron sobre el tema con mucho consenso: al IOC le falta transparencia, casi
nunca es la mejor candidata que gana, es una lotería con un olor a corrupción. Cuando
leí todo esto, tenía mucha curiosidad hacia este mundo paralelo en lo cual Madrid
hubiera ganado los Juegos Olímpicos y el ABC seguramente hubiera llenado más que
25 páginas con artículos y columnas que quizás ya estaban escritos antes de la decisión
en la seguridad que perder tres veces en seguida sería muy improbable. De una manera
no tuve la impresión de que el ABC hubiera publicado artículos que relativizaban
este acontecimiento. No creo que hubieran escrito: ‘Hemos ganado, pero esto no significa
nada porque todos sabemos que el IOC no es transparente y todo fue una lotería con
un olor a corrupción. Casi estoy seguro que el ABC hubiera celebrado la elección
de Madrid como la prueba de que bajo el gobierno de Rajoy la confianza en España
se haya recuperado, no solamente en los mercados financieros, sino ahora también
en el mundo de los deportes.
Los medios más
progresistas veían en la desaprobación de Madrid una confirmación de sus ideas.
Según ellos la decisión fue influido por los escándalos del dopaje, la desconfianza
en la economía española y, desde luego, la corrupción a la cual tantos políticos
del partido popular están sometidos. Ojalá el IOC tuviera tantos escrúpulos morales.
También circulaban en las redes sociales noticias sobre el malísimo inglés de la
alcaldesa, que ganó por eso el apodo Annie
Bottle. Cuando llegué a Ponferrada inmediatamente encendí mi ordenador
para buscar con un sentimiento sensacionalista su tan parodiado discurso. La verdad
es que el discurso no era tan malo como pensaba. Bien, su acento es muy fuerte (pero
quién soy yo para juzgarlo), no parece saber muy bien lo que dice y su mimo y entonación
son de veras terribles. Pero el texto era claramente escrito por un native speaker. Sobre todo sobre la frase:
‘a relaxing cup of café con leche’ era
parodiado. Oía en las terrazas en Ponferrada a la gente imitar la frase, sin que
tuviera la impresión que el inglés de aquellas personas era tanto mejor que lo de
Annie Bottle. Que sí, lo admito, yo también hacía algunas de estas bromas. Aquella semana no solamente tomamos
relaxing cups of café con leche; también
las copas de vino, las cañas, si, hasta las croquetas eran relaxing.
La verdad es que
no entiendo muy bien porque el relaxing cup
of café con leche es a los oidos de tantos españoles gracioso. ¿Será la combinación
del inglés y español? Pero yo también digo ‘café con leche’, cuando hablo holandés,
porque un café con leche español es algo muy diferente que un kopje koffie met melk holandés. También puede
ser que los españoles piensan que café no es tan relajante por la cafeína. O que
el precio de un cup of café con leche en la Plaza Mayor no es tan relajante.
Pero nosotros guiris lo tenemos que hacer cuando visitamos Madrid: tomar un café
con leche en la Plaza Mayor y tener una cena romántica en el Madrid de los Austrias.
Lo hice y me gustó.
Madrid es una ciudad
estupenda que tal vez merecía un mejor representante que esta alcaldesa, pero creo
que es una bendición para las financias españolas que estos Juegos Olímpicos tan
costosos no aterrizarán en España. Pero bien, esto solamente se puede saber con
seguridad si fuera posible echar un vistazo en el mundo paralelo donde Annie Bottle habría sabido conquistar los corazones de los miembros del IOC.
Haz click en la foto para ver el discurso
Nos reímos porque suena ridículo...que una mujer supuestamente culta y ocupando el cargo que ocupa puede decir semejante majadería...Nos reímos de la ridiculez hasta que recordamos que se han pagado más de 200 mil euros por los discursos y ya nos echamos a llorar....
ResponderEliminarUn saludo
Nos reímos porque suena ridículo...que una mujer supuestamente culta y ocupando el cargo que ocupa puede decir semejante majadería...Nos reímos de la ridiculez hasta que recordamos que se han pagado más de 200 mil euros por los discursos y ya nos echamos a llorar....
ResponderEliminarUn saludo
temas económicos aparte y simpatías por uno u otro partido político, yo que acabo de ver el discurso no me parece tan ridículo como me lo han vendido, al menos se atrevió, no parece leer, su acento quizá es algo peor que el mío, aunque siento que no demasiado, en fin es historia.
ResponderEliminartoni bao