‘¿Vamos?’
preguntó Ana. Con pocas ganas cerré mi libro sobre la mesa y puse mis zapatos.
Siempre he odiado reuniones. Si fueran reuniones en las escuelas donde trabajé
o las asambleas del club de fútbol, siempre probaba evitarlas. Y para mi esta
reunión sería difícil de seguir. Con muchas detallas técnicas y financieras. La
reunión de la comunidad de los vecinos. En Holanda nunca tuve que asistir a
una. Siempre viví en casas de alquiler. Casas que pertenecían a cooperativas de
viviendas sociales. Era muy práctico. La subida anual del alquiler era fijada
por el gobierno. Si algo no funcionaba bien podía llamar al servicio técnico de
la cooperativa. En España este sistema de viviendas sociales existe menos. La
mayoría de la gente compra su casa. Esto causó problemas cuando estalló la
crisis. Muchas familias no podían pagar su hipoteca y llegaban a tener una
deuda grande mientras el valor de la casa disminuía. Una deuda de alquiler sube
menos rápido. Puede ser que el amplio sector de viviendas alquiladas suavizara
el efecto de la crisis de crédito en Holanda.
‘¿Dónde vamos
a reunirnos?’ pregunté cuando estuvimos en el ascensor. ‘Abajo,’ respondió Ana.
Pulsó el botón con el menos y después el botón con el uno. El ascensor se movía
hacia abajo. ‘¿Por qué yo no voy a hacer compras mientras tú vas a la reunión?
Puedo comprar cecina, ¿no te apetece?’ intenté. ‘Esto podemos hacer después de
la reunión,’ era la respuesta corta. Salimos del ascensor y entramos en el
garaje. Para mi asombro allí estaban ya los vecinos de pie en un círculo. ¿De
veras íbamos a reunirnos en el garaje?
De veras íbamos
a reunirnos en el garaje. No hacía calor. La mayoría de nosotros llevábamos un
abrigo. Hablamos de mantenimiento, limpieza, reparaciones, las finanzas y otras
cosas de las cuales se debe hablar si se tiene espacios en común. Pero el sitio
no era muy bien elegido. De vez en cuando el círculo debía ser roto porque un
coche entraba para aparcar, después de lo cual la persona salía del coche y tenía
que pasar todo el grupo en la dirección del ascensor con una mirada un poco
culpable, no sé si por la manera torpe de aparcar o por ser tan claro que
estaba ausente en una reunión tan importante. Una reunión de pie en un sitio
frio, con coches entrando y saliendo, y de vez en cuando con el ruido de agua
pasando por las tuberías después de una visita de uno de los vecinos arriba al
wáter tiene una gran ventaja: a nadie se le ocurre hacer preguntas innecesarias.
‘Vale, no era tan terrible, ¿verdad?’ me preguntó Ana cuando después de la
reunión estábamos esperando nuestro turno en la sección de los embutidos del
supermercado.
Quizás esta
anécdota de la reunión nunca habría llegada a ser nombrada en este blog, si no
hubiéramos estado unas semanas después con el coche en una calle en una ciudad,
Salamanca creo que era, esperando un semáforo rojo y se abriera en el edificio
al lado la puerta del garaje mostrando un círculo de personas hablando. ‘Mira,
una reunión de una comunidad de los vecinos’ dijo Ana. Le miré sorprendido. ‘¿Quieres
decir que estás reuniones siempre están organizadas en garajes?’ ‘No sé, creo
que si.’ Todavía no estuve completamente convencido de que se tratara de algo
‘típico español’ hasta que, otra vez unas semanas después, estuve viendo las
noticias en la televisión. Había un reportaje sobre los problemas que tienen
comunidades de vecinos de cobrar las cuotas de la comunidad de los residentes
en paro, lo que causaba retrasos en el mantenimiento de los edificios. Mientras
la voz en off daba esta información triste la pantalla mostraba un grupo de
personas hablando en un círculo en un garaje.
Ahora estaba
casi seguro. Reunirse con la comunidad de vecinos en el garaje es un fenómeno
típico en España. Y algo hasta que yo sé no existe en Holanda. Pero quizás los
tulipanes deben imitarlo. ¿Quieres tener una reunión corta y eficaz? ¡Hazla en
el garaje!
El reportaje completo se puede ver AQUI (dese minuto 34.50)
Jamás vi una reunión de vecinos en el garaje!!! Me hubiese sorprendido tanto como tú. En las dos comunidades de vecinos en las que yo he vivido las reuniones se hacían en una sala de reuniones del ayuntamiento del barrio...
ResponderEliminarYa tuve miedo que no era tan generalizado. Pero lo vi tres veces (aquí, Salamanca y en las noticias). ¿Quizás algo de Castilla y León?
ResponderEliminarjajajajja. Mis reuniones de propietarios se hacen en los garajes que no funcionan como tal sino como grandes merenderos( en invierno) o en el parque de nuestra urbanización( cuando hace buen tiempo). Siempre con bebida, comida por medio y después de las discusiones oportunas, acaban como una merienda en común ¡ASí da gusto!
ResponderEliminarNunca lo había oído! En mi comunidad autónoma las reuniones de vecinos suelen tener lugar en el despacho o sala de reuniones del administrador del edificio. Y no suele ir ni la mitad de los propietarios...
ResponderEliminarCasi más que el artículo en sí (en la vida hubiera podido pensar que las cocheras sirvieran para las reuniones) me sorprenden los comentarios anteriores que dicen cosas como "en mi comunidad autónoma". ¿Acaso el territorio español se divide en gente que hace reuniones en garajes y gente que no? ¿Cómo se llamarían las nuevas autonomías? ¿Castilla-garaje, País portal, Principado de rellano?
ResponderEliminar