Estamos en el
Chelsea Bar, como ya casi es tradición los jueves. Hablamos inglés. Desde
luego. Estamos entre guiris bercianos. Aunque sea así, el inevitable tema de la
conversación es la crisis. El desempleo. El déficit del estado. Uno de mis
compañeros tiene una posible explicación de algunos problemas presupuestarios
en España. Dice: ‘Hay demasiada gente que trabaja en la economía sumergida. Sin
pagar impuestos. ¿Nunca fuiste a un dentista? ¿O a una consulta privada de un
especialista médica? ¿Una vez te han dado un recibo?’ Todos negamos con la
cabeza. Cuando fui a un dentista para un tratamiento un poco más amplio me costó
exactamente cien euros. Una cifra demasiado redonda para no ser sospechosa.
Desde luego no recibí ninguna factura. ‘También es que los desempleados aquí
casi están forzados a trabajar en la economía sumergida con subsidios tan bajos,’
dice otro. ‘Una familia no puede vivir de 400 euros.’ Hacemos una comparación
de nuestros respectivos países para ver dónde los subsidios mínimos son los más
bajos. España gana contundentemente esta competición negativa. Después de unas
cervezas nuestra conversación gradualmente se desvía a los aspectos más
agradables de la vida en El Bierzo: la naturaleza, las rutas en la montaña y,
desde luego, la comida.
El próximo día
voy a una tienda de ropa para buscar dos prendas para alguien que vive afuera
de Ponferrada. ‘¿Quieres una factura?’ me pregunta la propietaria después de
recibir el dinero. ‘Si, por favor,’ respondo. Por cierto, las prendas no son para
mí. La mujer coge una tarjeta de presentación de su tienda y escribe sobre el
reverso los precios. Nada más. No sello de la empresa. No calculación del IVA.
Firma solamente con su nombre. Otra vez formo parte de una transacción en el
circuito informal.
Los ejemplos
de la vida cotidiana son los peces pequeños en el gran mar de la economía
sumergida. Sobre los peces grandes leo diariamente en los periódicos, que llenan
muchas páginas sobre estos asuntos. El tamaño de la economía sumergida en
España se estima en un 20% del PIB. Para comparar: el de Holanda se estima en
un 10%. Desde luego estas estadísticas no son exactas: la cantidad de dinero
que circula ilegalmente es difícil de medir. Está claro que la economía
informal está por todas partes.
Creo que en
Holanda sobre todo los ‘sospechosos usuales’ están activos en el sector
informal: los circuitos de las drogas y prostitución, la construcción, la
limpieza. Aquí en España son los políticos mismos que participan ampliamente en
transacciones ilegales. Es casi increíble que el extesorero del partido
político que predica la austeridad tenga € 47 millones en bancos de Suiza. Debe
haber acumulado todo esto dinero mientras trabajaba para el partido. También
eran asombrosas las noticias de que Jordi Pujol (hijo del famoso político
catalán) regularmente llevaba bolsas llenas de billetes de 500 euros a bancos
en Andorra. Corren rumores que tanto Bárcenas como la familia Pujol no pagaban
impuestos sobre estos ingresos.
No sé si fue
por este último caso, pero desde el ambiente político hay propuestas de retirar
los billetes de 500 euro de la circulación para frenar así la corrupción y la
economía sumergida. Pobres corruptos. Tendrán que llevar bolsas cinco veces más
grandes, llenas de billetes de cien euros, a los sitios seguros. Bárcenas no
sería capaz de poner todo su dinero en las por cierto no tan pequeñas cajas
fuertes de los bancos suizas. En una calle de Andorra podremos ver a la familia
Pujol empujando desesperadamente una inmensa bolsa que es demasiado gorda para
poder pasar la entrada de un edificio bancario. ¡Muy bien! ¡Así se debe tratar a
los criminales! ¿Quién dijo que desde la política nunca venían soluciones?
Mientras tanto tengo una gran ocupación. Vi en la televisión que los imputados
de corrupción casi siempre llevan gafas de sol cuando entran o salen de las
salas de justicia. Espero esto no signifique que también decidirán prohibir las
gafas de sol, justamente ahora cuando acabo de acostumbrarme a mis gafas con
cristales oscuros.
Es curioso ese ticket de compra, nunca lo habia visto y soy de aquí.
ResponderEliminarLos negocios de "compro oro" pronto empezarán a desaparecer, el oro baja, la plata tambien y las joyas de la abuela ya se vendieron.
SUMERGIDO
ResponderEliminarLa economía sumergida en españa supone unos 90.000 millones de euros año, un 10% aprox del PIB, son cifras extraoficiales pero aproximadas.
En los últimos 5 años se estima que el capital que ha salido de españa a paraísos fiscales es aprox unos 350.000 millones de euros (aprox un 30% del PIB).
No olvidemos que el inventor de dichos zoológicos monetarios es UK, que tanto nos critica, a veces con razón y muchas sin ella.
Esa "factura" demuestra ignorancia por las dos partes y el conocimiento. ¿ no sabes lo que es una factura?
ResponderEliminarYo, que vivo en Holanda, también me sorprendí del trabajo en negro. Sólo los que me han puesto la ventanas de PVC han sido "legales". Este verano me han hecho el jardín dos chicos que estaban en paro ( sin factura claro), el electricista, el fontanero y el de las baldosas....todo sin factura. La chica de la limpieza ni te cuento, jamás una factura, las clases de idiomas particulares sin factura y todos esos cursillos de cocina y demás lo mismo de lo mismo.....
Silvia