Al fin los
hemos colgado en la pared. Las pinturas y los dibujos de mi abuelo. Cinco
pequeñas obras enmarcadas. Y todas están relacionadas con agua. Todas muestran al
menos un barco. Pues, mi abuelo era capitán de un barco.
Nunca conocía a
mi abuelo conscientemente. Murió cuando yo era bebe. Desde luego conozco los
relatos. Mis abuelos tenían un barco de velas. Un tjalk, se llama este tipo de
barco. Sobre todo cruzaba el mar interior que había en el centro de Holanda, el
Mar del Sur (Zuiderzee). Debía haber sido un cambio con gran impacto cuando
cerraron en 1933 este mar con un dique, cambiando el mar en lago y el nombre en
IJsselmeer. La carga principal era la turba. Toda la familia vivía en el barco:
mis abuelos, mis tías Hennie y Greta, mi madre y mi tío Jaap. Debe haber sido una vida dura. Los niños iban a las
escuelas donde estaba el barco, cada vez
en otro grupo. Mi madre me contó sobre el miedo que pasaba cuando había un
viento fuerte y mi abuelo estaba en un dique mirando las olas para ver si el
mar era navegable para un barco lleno de mercancía. Ella solía insistir: ‘Hay
demasiado viento, ¿verdad? ¡Las olas son demasiado grandes!’ Pero siempre venía
el momento que mi abuelo tomaba la decisión necesaria y el barco cruzaba tambaleándose
en el mar.
En los años
treinta mi abuelo vendió el tjalk y compró un barco de motor. Una inversión
atrevida en el momento más importuno. La
crisis estrelló con toda fuerza. Mi abuelo fue a la bancarrota. La familia
tenía que venir a Amsterdam para vivir en un piso de una habitación. Las chicas
buscaban trabajo como sirvientas en casas de familias con más suerte, mientras
mi tío, que era más joven, seguía yendo a la escuela. Cada día mi abuelo tenía que hacer cola para cobrar
el paro. Después llegaron los cinco años tristes de la ocupación por los nazis.
Mi abuelo nunca más encontró trabajo.
Cuando me
mudaba a mi vivienda en el barrio De Jordaan en Amsterdam, mi tío consideraba que
había llegado el momento de darme algunos de los dibujos y pinturas de mi
abuelo. Me mostró una colección amplia. Parte eran copias de pinturas de barcos
de viejos maestros del siglo 17. Creo que mi abuelo las copiaba de fotos,
aunque es posible que de vez en cuando fuera al Rijksmuseum con un bloc de
dibujo. Otra parte de su obra mostraba una Holanda pintoresca vista con los
ojos de un capitán de un barco. Estos eran mis favoritos. Pudo elegir cinco
obras. Y ahora están en nuestra sala en Ponferrada. En momentos de nostalgia
los admiro. El dibujo soñador de una lancha en una orilla llena de caña y la
red para pescar anguilas secando en el viento. El dibujo de uno de los grandes
ríos en el sur de Holanda. El dibujo de un ‘botter’, un barco de los pescadores,
quizás hecho en Volendam o Spakenburg. Un dibujo a carboncillo de los
pescadores saliendo del puerto en la penumbra. Y lo más bonito en mi opinión: la
pintura casi naif de su propio barco de velas. El barco es pequeño, el canal es
recto y el cielo es inmenso.
Es de mucha añoranza lo que cuentas, todos tenemos esos recuerdos de los abuelos. Quisiera preguntarte algo que no tiene que ver con los barcos. Hablas en tu post de que tienes una tía que se llama Greta. Casualmente ese es el nombre que le pusimos a mi hija, sin tener por aquel entonces ninguna relación con Holanda. ¿Hay muchas "Gretas" en este país? ¿Es un nombre de origen nórdico o típico de los Países Bajos? Conozco a la famosa Greta Garbo y aprece ser que es el nombre reducido de Margret (Margarita), pero sin duda es mucho más bonito GRETA.
ResponderEliminarGracias de antemano por la información que me puedas dar. Un abrazo desde la FRÍA Holanda estos días (mañana -11º por aquí)
Roland, Esa herencia de tu abuelo tiene que ser muy entrañable. Contiene tu pasado familiar, parte de la historia de tu familia y de tu país. No todo el munto puede presumir de una herencia como la tuya. Tu orgullo es muy comprensible.
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