domingo, 25 de octubre de 2020

Horario de invierno

Es el sábado 24 de octubre de 2020. Otoño. Pero todavía no hace mucho frío. Sin embargo, todos los colores han cambiado. Los chopos al lado del río son amarillos, las hojas de los viñedos son de color amarillo ocre y de rojo oscuro. Hay castañas en el suelo. A veces una se cae con mucho ruido a través de las ramas y las hojas, por suerte no en mi calva. La vista es maravillosa desde aquí.

Esta noche comenzará oficialmente el horario de invierno. Cerramos otro periodo. Un periodo especial. Un verano sin viajes largos. Una visita a los Países Bajos no era una opción. ¿Lo he echado de menos? ¡Desde luego! Pero la vida en España es bonita, ¿no? ¡Desde luego!. Un emigrante siempre tiene la doble personalidad. Se siente en casa en dos países. Miro otra vez desde esta ladera a través del vasto valle berciano hacia las altas cordilleras que rodean El Bierzo. Eso no hay en Holanda. Pero a veces echo de menos las interminables tierras bajas. Los amigos. La familia. Mi idioma. Mi club de fútbol. Tocar con los chicos de mi grupo de música Flanders Fields. Pedalear por Ámsterdam.

Quizás esta sea la última vez que haya que cambiar el reloj. La utilidad parece limitada. Y luego, por supuesto, viene la discusión: ¿vamos a vivir en el horario de verano o de invierno a partir de ahora? Aquí en España hay gente que quiere poner el reloj en marcha con Portugal y Gran Bretaña. Creen que ahora están en la zona horaria equivocada.El reloj biológico está, por tanto, confundido y eso explicaría porqué aquí cenamos tan tarde y también nos acostamos tan tarde. Sinceramente, no creo nada de eso. No noto una gran diferencia entre España y los Países Bajos en cuanto a mi reloj biológico. En ambos países está oscuro cuando me voy a dormir y me levanto con la luz del día en verano y a oscuras en invierno. Una vez, mientras estaba de viaje en Alemania, me despertó la luz del amanecer a las cuatro de la mañana y se me ocurrió que podría ser Alemania el país que se encuentra en la zona horaria incorrecta.

La cena tan tarde en España tiene que ver, creo,  con el horario diario español, especialmente la comida principal muy elaborada entre las dos y las tres de la tarde. Por eso, desde luego no tenemos hambre a las siete. Entonces la cena llega tarde también. Y hay más diferencias. Mientras mis amigos holandeses con niños preparan sándwiches temprano en la mañana para llevar a la escuela y cenan con toda la familia por la noche, en España la comida principal generalmente se ofrece en la escuela. Y esa no siempre es buena. Hay muchas quejas al respecto. Pero quizás no debería ser la tarea de una escuela proporcionar la comida principal.

Por cierto, no necesariamente quiero deshacerme del ritmo español yo mismo. Sobre todo no, los domingos. Mañana tendremos una extensa comida a las dos y media como parte de las Jornadas Gastronómicas de El Bierzo. Muchos restaurantes ofrecen en octubre y noviembre menús que incluyen productos regionales como las castañas, el vino de la tierra, los pimientos, las cerezas, las manzanas reinetas, las peras conferencia o, por supuesto, el botillo. Después tendremos toda la tarde lluviosa para digerir la comida, lo que es una ventaja.

Este sábado el tiempo sigue siendo agradable, aunque las nubes amenazantes ya se están acumulando encima de las montañas. La vista es realmente hermosa desde  aquí. Pero tengo que ir a casa. Ya es la una y media. Casi la hora de comer.