domingo, 25 de diciembre de 2022

Espíritu navideño

Es Nochebuena. Celebramos esta noche, que es tan importante en España para pasarla con la familia, solitos los dos en casa. Cuando Ana le contó esta tarde esto por teléfono a una vieja amiga de su madre, esta reaccionó con horror:
‘No lo consiento que cenéis esta noche los dos solos. Tenéis que venir aquí y cenar con nosotros.’
Esa propuesta fue rechazada. Después de todo, ya habíamos comprado todos los ingredientes para una deliciosa sopa de pescado, seguida de un plato de rape con conchas. De postre teníamos pastel de pistacho. Y encima habíamos comprado unas deliciosas botellas de vino de la inigualable Bodega Cepall en el pueblo de Sancedo. Nos hacía ilusión tener esta cena íntima llena de gastronomía alta y música bonita de nuestras listas de Spotify. 

Nos sentamos uno frente al otro, los platos de sopa llenos, las copas de vino en la mano. Suena la canción What a difference a day makes, interpretada por Jamie Cullum. Contentos miramos alrededor de la sala. El ambiente navideño está por todas partes. Hay luces y velas encendidas. Sobre la mesa están las ramas con hojas de eucalipto, encima de la puerta cuelga el muérdago, debajo del cual ya nos hemos besado. Brindamos. Tomamos un sorbo. Y luego llevamos con cuidado nuestras cucharas con la sopa caliente a la boca. Deliciosa.

Casi inevitablemente en estos tiempos difíciles, nuestra conversación cambia de temas culinarios a asuntos menos alegres. Los miembros de la familia que perdimos los últimos años. Los problemas globales. Covid, cambio climático, la guerra en Ucrania. Este año fui confrontado directamente por la guerra, porque tengo estudiantes ucranianos, bielorrusos y recientemente muchos rusos que quieren aprender holandés. Estos han huido de su país, sobre todo por el sentimiento de vergüenza que les ha despertado el ataque de su patria al país hermano. Al final nos acostamos un poco tristes, pero eso también es parte del espíritu navideño.

Al día siguiente preparamos el desayuno de Navidad. No había podido encontrar en Ponferrada el Stollen de Navidad, que es tan típico en Holanda y Alemania. Pero sí había un delicioso pan de grosellas con nueces. De todos modos, más saludable. Mientras Ana prepara el café en la cocina, me acerco al armario donde he escondido su regalo de Navidad. A falta de un árbol de Navidad, lo deslizo hasta la mitad debajo de las hojas de eucalipto en la mesa. Luego voy a la cocina a cortar el pan. Cuando vuelvo a entrar en la sala, veo que mi regalo tiene compañía. Ambos paquetes tienen exactamente el mismo tamaño, aunque el envoltorio es diferente. Expreso mi sospecha.
‘Tal vez nos dimos el mismo regalo.’
Ana desenvuelve su regalo. Es el libro La Familia de Sara Mesa. Se ríe.
'Tienes razón.'
Nos sonreímos el uno al otro y estamos de acuerdo. El amor verdadero es regalarse accidentalmente el mismo libro, pero comprado en diferentes librerías. 


viernes, 16 de diciembre de 2022

Llenar el vacío

Aún asombrado, entro en la sala de estar. Ana, que está sentada en el sofá viendo nuestra serie favorita Amar es para siempre, me mira interrogante.
'¿Quien llamó?'
'Te lo cuento luego durante los anuncios publicitarios.'
Es que no quiero perderme nada de la serie, que vemos casi todos los días laborales después de la comida desde hace al menos 15 años. La serie sigue a los personajes alrededor de un café de Madrid durante los años de la posguerra y la transición. Ahora hemos llegado a principios de la década de 1980, cuando yo mismo estaba en Madrid por primera vez.
Cuando comienzan los anuncios, apago como siempre el sonido y le lo explico a Ana.
‘Era una escuela de educación profesional en Alkmaar (una ciudad holandesa). Me preguntaron si quería enseñar inglés intercultural a partir de la próxima semana'.
'¿Inglés intercultural?'
 'Yo tampoco sé lo que es. Habían visto en mi currículum en alguna bolsa de trabajo que también tengo experiencia en clases de inglés.'
'¿Qué respondiste?'
'Que vivo en España, pero eso ya lo deberían saber por el número de teléfono. Y que en realidad soy profesor cualificado de economía. Y que no estoy disponible de inmediato, pero que estaría dispuesto a venir para dar clases durante un breve período en el futuro.'
Entonces veo que los terribles anuncios se han terminado y vuelvo a encender el sonido. La abogada, interpretada por una gran actriz, se ha quedado embarazada justo cuando acaba de convertirse en líder de un partido político. ¡Qué emocionante es esta serie!

Cuando suena la melodía final de la serie, vuelvo a pensar en esa oferta de la escuela. Lo demuestra una vez más. El mercado laboral en los Países Bajos está completamente fuera de control. La escasez de personal provoca cancelaciones de clases en la educación, retrasos o cancelaciones de trenes, colas larguísimas en el aeropuerto Schiphol, falta de personal en los bares y restaurantes y llamadas telefónicas desesperadas a profesores de 64 años en países lejanos con calificaciones en otras asignaturas.

Y ese no es de ninguna manera el único problema al cual se enfrentan los Países Bajos. Los inmigrantes laborales podrían llenar muchas vacantes, pero hay muy pocas viviendas asequibles. No se permite la construcción porque ya se está emitiendo demasiado nitrógeno, especialmente por parte del sector agrícola. Las carreteras están llenas de atascos, la industria emite demasiado CO2 y luego existe el peligro estructural de que toda la parte occidental de los Países Bajos se inunde si el nivel del mar sube como consecuencia del cambio climático. En resumen: los Países Bajos están en los límites del crecimiento económico o ya los han superado.

Es una gran diferencia con la situación aquí en El Bierzo. Esta región pertenece a la 'España vacía', o, como dicen algunos, 'la España vaciada', porque creen que el éxodo es fruto de políticas equivocadas. Hay muchas casas abandonadas aquí y el desempleo sigue siendo alto.

El Bierzo puede ser una ubicación excelente para empresas, instituciones europeas, pensionistas y nómadas digitales. La vida aquí es mucho más barata que en Madrid, Barcelona, Ámsterdam, París o London. Hay muchas viviendas vacías y no hay atascos de tráfico. Aquí la naturaleza sigue siendo pura. Aquí se encuentra espacio y tranquilidad. Y el vino es muy sabroso. ¡Ven a El Bierzo!



sábado, 12 de noviembre de 2022

Pinchazos

Mientras escribo estas palabras, me empiezan a doler ambos brazos. Es un efecto secundario conocido. Hoy recibí mi cuarta vacuna contra el covid y, porque ya estaba en el punto de la vacunación, también una vacuna contra la gripe.

Por casualidad me enteré hace unos días que podría vacunarme hoy. Se le dio poca publicidad a esta campaña. Debido a que escuché que en los Países Bajos ya podían recibir la cuarta inyección, eché un vistazo a la aplicación de atención médica aquí. Y ahí estaba, personas entre 60 y 64 podían hacer la autocita para la vacunación de la gripe y la dosis de recuerdo COVID-19 el jueves 10 de noviembre de 8 a 13 hors . El lugar era una carpa cerca del hospital de El Bierzo. Programé la cita a través de la aplicación entre las 10 y las 11 am.

Ayer vi con alegría que hoy haría buen tiempo, lo que significaba que podría ir al hospital en bicicleta, que sería considerablemente más rápido que tomar el autobús o caminar. Cuando le conté a Ana que tenía la cita, inmediatamente se ponía entusiasmada.
"Entonces te llevaré en coche."
"Eso no es necesario, voy en bicicleta."
"No seas tonto, te paso a buscar a las diez y luego nos tomamos un buen café".

Y así nos dirigimos al hospital esta mañana. Los aparcamientos del hospital estaban muy llenos. Estaban los coches estacionados por todas partes. Pasamos por delante del hospital en dirección al lugar del punto de vacunas. Alguien estaba dirigiendo el tráfico. “¿Covid?”, preguntamos a través de la ventana. Quitó una cinta y nos indicó que entrabamos en ella. Zigzagueamos con el coche entre dos largas cintas, como hay para las largas colas en un aeropuerto. Era un punto de vacunas drive-in. Una pequeña fila de coches ya estaba esperando. Por supuesto hicimos fotos. Esto fue único. El fenómeno del 'drive-in' se me había escapado hasta ahora.
No era necesario salir. Los pinchazos ocurrieron a través de la ventana. 
Para el brazo izquierdo tuve que hacer un movimiento extraño hacia la ventana, así que creo que me dolerá un poco más ese lado.

Mientras tomábamos un café en un bar, le dije a Ana que tal vez la próxima vez iría en bicicleta.
'¿Por qué? "Esto es divertido, ¿no?"
"Claro que sí, pero es para la foto. Un guiri holandés en bicicleta en una fila de coches, esa sería perfecta para mis blogs.'
“Pero entonces nadie podría tomar esa foto tuya”.
'Eso es cierto.'
Mientras tomábamos nuestro café, continuamos hablando sobre dónde iríamos a caminar y comer este fin de semana.

martes, 18 de octubre de 2022

Animales salvajes

Son casi las nueve de la mañana del martes. Hay niebla en El Pajariel. Estoy a punto de subir por uno de mis senderos favoritos. Bonito y empinado. Llevo un palo en mi mano. Ya dos veces me había encontrado demasiado cerco a un jabalí en uno de mis paseos matutinos. Con un palo tal vez pueda mantener a distancia a una bestia tan feroz. Hace unas semanas hubo aquí una cacería de jabalíes. Creo que los cazadores mataron a muchos de ellos y los supervivientes estarán aterrorizados, por supuesto. ¿Estarán en busca de venganza? Los animales asustados son los más peligrosos. Recojo un palo un poco más grande del suelo y empiezo el ascenso.

Esto es pura vida. La niebla amortigua todos los sonidos. Hay un silencio muy profundo. Huele a otoño. Una vez arriba, donde hay un pequeño campo, veo algo que se mueve. Un corzo. El animal sale corriendo a grandes saltos, mostrándome la mancha blanca en la parte superior del trasero. El espejo, se llama en holandés. ¿Y en español? ¿También el espejo? ¿O volverán a pensar que estoy bromeando si digo que vi el espejo de un corzo? 

Este momento de contemplación es perturbado por una vibración en mi bolsillo. Recibo un mensaje de WhatsApp. Es de Ana con un enlace a un tuit de la policía (AQUÍ). Anoche andaba un oso por Ponferrada. La policía guiaba al animal hasta El Pajariel. Miro a mi alrededor. Afortunadamente puedo bajar por una pista algo más ancha. Me pregunto si el oso me habrá visto. Miro dudosamente ese bastón bastante escuálido que tengo en la mano.

Una vez salvo en casa, veo en las redes sociales que están lloviendo informes sobre el oso. La noticia también llega a El País (AQUÍ) e incluso a The Guardian (AQUÍ). La verdad es que es bastante especial. Ya estábamos acostumbrados a la proximidad de jabalíes y zorros, pero un oso en una ciudad es diferente. Los lobos tampoco están lejos. Nunca los vi a ellos mismos, pero algunas veces encontré sus excrementos peludos. Y desde luego, esa cercanía con estos animales salvajes genera discusión y crispación. ¿Cómo no?
 
Por un lado, es fantástico que estos animales deambulen por los montes. Son una muestra de que la naturaleza aquí es pura y abundante. Pueden atribuir al equilibrio natural y atraer a turistas. ¡Al safari en El Bierzo!

Por otro lado, la presencia de grandes depredadores genera problemas. Los animales infunden miedo. Los osos vienen a los árboles frutales de los pueblos, a veces buscan comida en la basura y destruyen las colmenas. La ganadería extensiva puede sufrir la presencia de los lobos. Y es precisamente el ganado vacuno suelto en la montaña o los rebaños de ovejas con pastores que en principio producen la pieza de carne de producción más circular que existe. Es una forma de vida que debemos proteger. ¿Hay que cazar los osos y los lobos? Prefiero que no. Pero tenemos que infundirlos un gran miedo a los humanos y los perros. Por mí, hay suficiente espacio para los osos y lobos. 

A través de la ventana detrás de mi ordenador veo El Pajariel y los Montes Aquilianos. Que allí andan lobos y al menos un oso, me da una sensación infantil de excitación e ilusión. ¡Es fantástico!  


sábado, 24 de septiembre de 2022

El ejemplo alemán 2: Tratando con el pasado

Es una tarde cálida de agosto. Estamos sentados en una terraza a lo largo del Rin en Bonn con nuestros amigos alemanes para celebrar nuestra última noche con una cena abundante. Alzamos los vasos de cerveza y brindamos en tres idiomas:
"Prost!" "Proost!" "¡Salud!"

Estamos hablando de la imagen de nuestros países en Europa. Les cuento que en el pasado, durante nuestros viajes de Interrail, siempre dejábamos claro que no éramos alemanes sino holandeses, porque teníamos la impresión de que todavía había mucho resentimiento contra los alemanes en Europa. Pero que hoy día tengo la idea de que son los holandeses que son mucho menos populares, sobre todo en los países del sur de Europa. Nuestros amigos alemanes dicen que a veces sintieron cierta hostilidad durante sus visitas a los Países Bajos. Entonces digo:
"Es así, algunos holandeses se unieron a la resistencia décadas después de la guerra, algo que en la mayoría de los casos sus padres no hicieron cuando realmente importaba. Pero lo que realmente hace muy bien Alemania es reconocer y disculparse por los crímenes del régimen nazi. En este sentido Alemania es un ejemplo para otros países”.
De repente siento unas lágrimas de emoción brotar de mis ojos. Rápidamente tomo un sorbo de cerveza y miro hacia el Rin, donde un barco avanza pesadamente hacia Rotterdam por el río con tan poca agua.

Mis emociones tenían mucho que ver con el viaje en tren de Düsseldorf a Bonn de unos días anteriores. Había arreglado que tomáramos un tren lento, que pasaría por Neuss, la ciudad donde mi padre había estado como trabajador forzado durante la guerra. Cuando pasamos por las interminables fábricas químicas allí, miré por la ventana y pensé en mi padre. ¿Cómo hubiera sido la situación entonces aquí? Un infierno, sin ninguna duda.

En toda Alemania hay monumentos y placas conmemorativas de las numerosas víctimas del régimen nazi. También para los trabajadores forzados. Pocos países están dispuestos a asumir la culpa de esa manera.

Los Países Bajos, por ejemplo. ¡Cuántos problemas tiene mi país con el reconocimiento de las páginas más negras de su historia! Solo a través de la presión de los descendientes de las víctimas esto está cambiando, pero durante años se mantenía en secreto la cruel y tan lucrativa trata de esclavos y la opresión y los crímenes de guerra en Indonesia.

España también tiene dificultades para procesar el pasado. Incluso hay una cierta tendencia a restar importancia a la opresión colonial y la Inquisición al señalar que las historias negativas son el resultado de "La Leyenda Negra", pregonada por los países protestantes para retratar a España bajo una mala luz. Lidiar con la guerra civil española y la dictadura de Franco también es un proceso doloroso. Durante demasiado tiempo ha sobrevivido el monumento a Franco El Valle de Los Caídos. Cuando el actual gobierno de izquierda quiso desmantelar el monumento, lo hizo en contra de la oposición de los partidos de la derecha. En España no es posible separar el procesamiento del pasado dictatorial de las contradicciones políticas actuales.
En este sentido, tanto mi país de residencia como mi país de nacimiento podrían tomar como ejemplo a Alemania.

Mientras tanto, ha oscurecido en Bonn. Después de la cena pesada, decidimos dar un último paseo por las orillas del Rin. Todavía hace calor y hablamos de temas ligeros, como dónde nos encontraremos la próxima vez: en Alemania, en Holanda o en El Bierzo.

Placa conmemorativa de los trabajadores forzados en las minas de Essen, Alemania


e
Estatua en Hoorn (Holanda) de Jan Pieterzoon Coen, quién cometió genocida de los habitantes de las Islas de Banda en 1621
(AQUÍ hay más información)












jueves, 8 de septiembre de 2022

El ejemplo alemán 1: Transporte público

El sol brillaba. Mirábamos por la ventana el paisaje que pasábamos, lleno de hermosos bosques y campos verdes. Y eso en el área del Ruhr que es tan densamente poblada, y donde la minería y la industria pesada habían causado previamente el sufrimiento natural. Volví a consultar google.maps en mi teléfono móvil. “Podemos hacer transbordo a otro tren en la próxima estación, pero también seguir a una después para hacer transbordo a un autobús que nos lleve más cerca de nuestra casa de huéspedes.” Ana me miró con una sonrisa. “¡Esto es libertad!” suspiré en voz alta. Ahora Ana se reía exuberantemente. Sabía exactamente lo que quería decir. Después de todo, lo había dicho muchas veces en estas vacaciones.

Este verano todo el mundo podría utilizar en Alemania todos los transportes públicos regionales por nueve euritos al mes. Tenía todo que ver con la guerra en Ucrania. La idea fue que así menos gente usaría el coche y por tanto gastaría menos energía y, además, era una compensación para los hogares que económicamente sufrían la inflación. Y eso dio una sensación de libertad: no esa molestia de comprar billetes; no tener que preocuparte por el precio. Fantástico.

Una medida similar se ha tomado recientemente en España. El gobierno ofrece grandes descuentos en abonos a trenes, autobuses y metros regionales. Me parece un buen plan.
Pero hay un problema para las regiones que aquí llaman la España Vacía y a las que también pertenece El Bierzo. ¡Casi no hay transporte público!

Como ciudadano de Ámsterdam conscientemente sin carnet de conducir, me impactó bastante cuando venía a vivir a El Bierzo y me di cuenta de que en Ponferrada no circula ni un solo autobús a las principales atracciones turísticas. Incluso Las Médulas, la principal atracción de El Bierzo, solo es accesible en coche y lo mismo ocurre con Peñalba de Santiago (uno de los pueblos más bonitos de España), la estación de esquí de Leitariegos y todas esas hermosas rutas de senderismo en el Alto Sil. Existe un plan para hacer circular un tren de vapor turístico por el valle del río El Sil por el norte. ¿Qué tiene de malo un tren normal?
Por cierto, el transporte público tampoco se usa mucho para viajar al trabajo. Yo mismo tuve una vez que rechazar un trabajo en León, la ciudad principal más cercana, porque era muy complicado y tomaba mucho tiempo viajar de ida y vuelta.

Bueno, es lo que pasa cuando emigras. A veces ganas algo, a veces pierdes algo. El transporte público puede ser mejor en los Países Bajos y Alemania que aquí en España, pero cuando teníamos nuestra primera comida española en un restaurante de camino a casa, inmediatamente estuvimos de acuerdo. En España se come mucho mejor.

Wuppertal



miércoles, 20 de julio de 2022

Todo esto es culpa de la gente

Es martes 19 de julio. Por fin hace menos calor. Pero todavía hay humo en el aire. No tengo clases hoy. Mis alumnos cancelaron las pocas clases de holandés que estaban programadas. Será porque la ola de calor ahora ha llegado a Holanda, donde vive la mayoría de ellos. La temperatura puede llegar a los 40 grados allí. Increíble. 

Cuando llego a la Avenida de América con la bolsa de las compras en mi mano, decido sentarme en la terraza del café Gijón a tomar un café. ¡Eso fue hace mucho! Hacía demasiado calor durante tanto tiempo. Carmen, una de las dos propietarias, sale del café con un trapo, quejándose un poco. ‘Acabo de limpiar las mesas, pero ahora están sucias otra vez. Eso es por la ceniza que sigue cayendo.’ Por un momento me preocupa la salud de mis pulmones, ahora que tengo una tos post-covid tan persistente.

Pero sigo disfrutando de sentarme aquí en la calle tomando mi café y leyendo periódicos. Hay muchos artículos sobre los incendios forestales y, por supuesto, sobre la cuestión de quién tiene culpa. En El Diario de León leo una opinión extraña de alguien que piensa que es culpa de los ecologistas, porque de alguna manera estos hicieron desaparecer a las cabras de las montañas (AQUI se puede leer esta opinión). El Mundo sugiere que el presidente Sánchez culpa al cambio climático para no hablar de sus malas políticas de mantenimiento de las montañas (AQUI). Lo curioso es que en los medios de la izquierda es precisamente el gobierno de derecha del estado de Castilla-León el que está siendo criticado por ser el responsable de prevenir y combatir los incendios.

Yo también siento la necesidad de culpar a alguien. Eso es difícil, porque esta vez el fuego no fue encendido a propósito, ni fue resultado de un descuido ganadero (como la última vez en Los Montes Aquilianos). Vimos como empezó. Eso fue el pasado domingo, cuando por la tarde, tras un breve baño en una de las playas fluviales del Bierzo, fuimos a tomar algo en una terraza alta entre los viñedos de Cacabelos. Empezó a tronar, pero apenas a llover. Esta tormenta seca representaba una amenaza, como mostró una columna de humo saliendo de los Montes Aquilianos. Eso fue perturbador. Más tarde, después de la cena, Ana tomó esta foto desde nuestro balcón. ¡Más perturbador aún!
Pero, ¿a quién puedo culpar por estos incendios forestales, que son tan claramente el resultado del cambio climático? En mi mente dejo pasar a los sospechosos habituales. Las grandes empresas de energía fósil suelen citarse como los principales culpables. Y las ganaderías intensivas. O el capitalismo, un término tan general y abarcador que puedes explicar tu pasividad con él. Sí, pero no te olvides de los chinos, dicen otros, aunque la verdad es que un chino produce de media menos CO2 que un europeo. ¿Y toda esa gente que se opone a la instalación de turbinos de viento y paneles solares? ¿No tienen culpa? ¿O tal vez debería buscar la culpabilidad más cerca. Yo mismo he volado bastante en los últimos años. Y desde que vivo en España, también voy muy a menudo en coche, aunque sea como copiloto. Pero claramente el problema es más grande. Todos nosotros, sobre todo en el mundo occidental, hemos contribuido con nuestro consumo y nuestra producción al cambio climático.

Mis pensamientos vuelven a la noche del sábado. Estuvimos en el festival de pop en Ponferrada: Planeta Sound 2022. Por suerte, la banda Lori Meyers actuaba por la noche, cuando la temperatura era más o menos soportable. Todos bailábamos, sudando y cantando con la banda: ‘Todo esto es culpa de la gente, yeah, yeah. Todo esto es culpa de la gente, yeah, yeah.'

AQUÍ se puede escuchar la canción.





viernes, 8 de julio de 2022

El interrailer positivo

Lentamente veo aparecer dos líneas rojas en el dispositivo de lectura. Positivo. Eso ya pensaba. Esa tos cosquilleante aún podría ser solo un resfriado, pero ese dolor en los músculos indicaba una gripe o covid. ¿Dónde habría contraído el virus? En el tren, probablemente.

¡Fue estupendo! Bueno, es un largo viaje en tren de Ponferrada a Ámsterdam, dos días de ida y dos de regreso, dos veces con una noche en una pensión. Pero al menos te das cuenta de que estás en camino. Además, evita todos esos aeropuertos demasiado concurridos y, por supuesto, tiene menos impacto al medio ambiente. Al igual que en los años 80, viajé con Interrail. ¡Pura nostalgia! Pero muchas cosas han cambiado. Por ejemplo, la tarjeta de Interrail ahora es digital. Así que no más sellos en un librito que se puede conservar. Y hoy en día, ya no se puede así llegar a un lugar para buscar tranquilamente una pensión. Para evitar problemas hay que reservar con antelación, que suele ser lo más cómodo a través de esa odiosa booking.com. Lo que ha quedado: buena lectura en el tren, dormitar de vez en cuando, mirar por la ventana y caminar hasta el vagón restaurante para tomar algo.

Para mi sorpresa, las mascarillas en el transporte público no eran obligatorias en Francia y Bélgica. Al principio me sentía casi desnudo, pero todavía me dolía detrás de las orejas por el largo viaje desde Ponferrada hasta la frontera del día anterior y además: ¿Quién soy yo para comportarme de manera diferente a la mayoría de los compañeros de viaje franceses? La mascarilla se desprendió. Como mucho me lo ponía cuando alguien cerca de mí estaba tosiendo demasiado fuerte y en el metro de París tan abarrotado. Sí, ese también se ha quedado, el cambio en París de un gare a otro si viajas entre el norte y el sur de Europa.
Gare du Montparnasse en París  

De todos modos, después de una estancia muy agradable en Ámsterdam y sus alrededores, volví, a menudo en trenes llenos de compañeros de viaje con tos y estornudos. Empecé a enfadarme un poco. ¿Por qué esas personas viajaron cuando claramente no estaban sanas? Eso no es responsable. ¡La mayoría de ellos solo para un viaje de vacaciones! Que sí, mi propio viaje era, desde luego, de una importancia esencial. Después de todo, tenía una fiesta de cumpleaños de amigos para celebrar, un torneo de fútbol para jugar, una sesión de música con Flanders Fields (mi grupo de música en Ámsterdam) para tocar y tantos amigos y familiares para visitar.

Y ahora pago el precio de tanto viajar. Por la primera vez tengo covid. Decido compartir una foto del resultado de la prueba en las redes sociales. Un poco más tarde recibo un mensaje de la familia en Ámsterdam. Algunos de ellos tienen corona o lo han tenido, probablemente desde aquel fin de semana que pasamos juntos. Pues, puede ser que ya estaba infectado antes del viaje de regreso. Así que tal vez los compañeros de viaje no fueran un peligro para mí, sino yo para ellos. Trazo una línea de Ámsterdam a Ponferrada en un mapa imaginario de Europa y trato de estimar cuántos virus he sembrado allí. Luego trazo líneas desde esta línea principal a lugares donde mis compañeros de viaje pueden haber viajado y, a su vez, propagado el virus. El mapa de Europa occidental se está volviendo negro lentamente. Estoy empezando a sudar. Pero eso parece ser bastante común si tienes corona.





domingo, 15 de mayo de 2022

La temporada de los fuegos

El verano ha comenzado temprano este año. Todavía estamos a principios de mayo, pero las temperaturas empiezan a subir por encima de los 30 grados. Eso promete algo para el resto del verano. Ya hemos vivido de cerca el primer incendio forestal. Eso fue el martes pasado, cuando nos sobresaltó el sonido de un helicóptero que volaba sobre nosotros cuando estábamos comiendo en casa. Un vistazo por la ventana nos dijo que el fuego estaba cerca, en las afueras de Ponferrada. El helicóptero volaba de un lado a otro entre el río El Sil y la columna de humo. Afortunadamente, pudieron extinguir el fuego con bastante rapidez. Pero también este año, las altas temperaturas y los períodos de sequía volverán a estar acompañados de incendios forestales, sin ninguna duda.
El fuego me recordó los comentarios de Trump hace unos años. Había muchos incendios forestales en California en ese momento y Trump, que en todo caso no quería hablar del cambio climático, sostenía que había escuchado al presidente finlandés que la mejor manera de prevenir incendios forestales es rastrillar y limpiar el bosque con regularidad. (AQUÍ )

Eso causó bastante hilaridad, especialmente en Finlandia, donde el presidente negó haberle dicho tal cosa a Trump. Los finlandeses publicaron imágenes divertidas en las redes sociales de ellos limpiando el bosque, como esta con el texto: Un día cualquiera en el bosque finlandés.

Para ser honesto, comencé a sospechar que Trump no había hablado con un finlandés, sino con un español, porque todos esos países europeos, bueno, quién puede distinguirlos. Aquí en España, mantener las montañas limpias se considera un medio eficaz para prevenir los incendios forestales. Incluso culpan en parte de los incendios forestales a la despoblación de tantos pueblos de montaña, lo que hace que ya no se recoja la leña. Esa madera muerta se incendia fácilmente, especialmente si un granjero local es tan descuidado como para quemar un trozo de tierra cuando hay demasiado viento, o si algún loco piensa que las montañas en llamas son hermosas. El hecho es, por supuesto, que los bosques españoles son mucho más secos que los finlandeses, por lo que aquí la eliminación de la madera muerta puede ser más necesaria.

También es una idea extraña para los holandeses que la naturaleza tenga que ser limpiada. En los Países Bajos, anteriormente el país más rastrillado de toda Europa, hemos aprendido a dejar árboles y ramas muertas en los bosques para que los hongos, las setas y los insectos puedan darse un festín con la madera. Pero los veranos en los Países Bajos también se están volviendo más cálidos y secos. Allí también aumentará el riesgo de incendio.

Al día siguiente fui a ver dónde había estado el fuego. No estaba tan mal con la cantidad de terreno que se había quemado, pero el pánico se debió principalmente a que había estado muy cerca de la ciudad. Parecía haber comenzado en el camino junto al río Boeza. Encendido intencionadamente, parecía. Afectado por un acto tan sin sentido, caminé de regreso a casa.


PD La verdad es que la primera foto, que sí tomé desde nuestro balcón, es de un incendio hace unos años cuando alguien prendió fuego al Pajariel. Pero el martes pasado la vista era casi igual.

domingo, 27 de marzo de 2022

El copiloto contento

Es domingo por la tarde. Volvemos a casa tras un fin de semana estupendo en la ciudad de Ferrol. Buena comida, paseos por la ciudad y un soplo de aire fresco por la hermosa costa gallega. Necesitamos una taza de café. Veo en el mapa que podemos entrar en el pueblo de Villalba sin desviarnos demasiado.

Esto no fue una buena idea. Los policías están por todas partes dirigiendo el tráfico. Más adelante vemos el desfile de carnaval recorriendo las calles. Ana baja la ventanilla a uno de los oficiales y pregunta: “¿Podemos llegar a El Parador?” El oficial niega con la cabeza con simpatía. "Absolutamente imposible, lo siento. Todo el centro está cerrado.” Ana logra girar el coche en la calle tan estrecha y regresamos a la carretera. Es realmente una lástima. Porque poco a poco nos hemos hecho aficionados de los Paradores, esa cadena de hoteles en edificios a menudo monumentales donde también es agradable tomar algo.

Hay muchos coches parados en la rotonda a la salida de la ciudad. La guardia civil de tráfico detiene todos para un control alcoholemia. Los conductores deben salir. Nosotros también estamos detenidos. El agente mira hacia nuestro auto y le dice a Ana: "No ha bebido, ¿verdad?". "¡Así es!", dice Ana con alivio. Con un gesto de saludo nos da permiso para seguir conduciendo.

Seguimos un rato en silencio por la autopista, mientras escuchamos nuestro programa de radio favorito, Alguien debería prohibir los domingos por la tarde, presentado por la cineasta Isabel Coixet, cuya voz baja un poco sensual siempre me recuerda a la de Tosca Hoogduin, que tenía hace años en Holanda el programa Easy Listening en la noche (AQUÍ están las dos voces para comparar). Entonces Ana dice: “No revisó mi porcentaje de alcohol porque soy mujer.” A pesar de su alivio de antes, su voz ahora suena un poco de reproche. "Creo que tienes razón", le digo.

Nos quedamos en silencio de nuevo. Luego añado: “Pero fue principalmente porque yo era el copiloto. Deben haber pensado que yo había bebido y que por eso estabas conduciendo tú.” Continuamos hablando sobre el hecho de que cuando un hombre y una mujer van juntos en un coche, casi siempre es el hombre quien conduce. Esto se aplica tanto en España como en los Países Bajos, y probablemente en todo el mundo. Los hombres creemos que somos mejores en eso, nos ponemos muy nerviosos cuando la mujer conduce y las mujeres simplemente se resignan a ello para evitar discusiones. Algo parecido pasa en la política, por cierto, a veces con resultados desastrosos como estamos comprobando en la actualidad. Solo hay dos razones válidas para que los hombres dejen conducir a una mujer: alcohol o no tener una licencia de conducir. Esta vez sólo esto último fue el caso.

Dejamos la idea de una taza de café y seguimos rumbo a El Bierzo. Noto que de alguna manera me complace la idea que haya al menos una persona en este mundo, un agente cerca de Villalba, que piensa que soy sensato con el alcohol. Me recuesto cómodamente en el asiento del copiloto y escucho la música melancólica que resuena por encima del sonido monótono del motor. La vida de un copiloto no es nada mala.

El copiloto contento en Ferrol


jueves, 3 de marzo de 2022

Ira impotente

Hay llovizna. Eso es una pequeña molestia, ahora que estamos aquí con tanta gente reunida en esta plaza. Por otro lado, la lluvia era muy necesaria. Había sequía durante tanto tiempo. Incluso ya ha habido algunos incendios forestales. Los niveles de agua de los embalses están en su punto más bajo, lo que podría causar problemas más adelante en el año.

Sacudo la cabeza para disipar estos pensamientos. Nos preocupa algo mucho más importante aquí. La guerra en Ucrania. Fue una buena idea del municipio organizar esto. Mucha gente comparte la ira por la invasión rusa. La violencia sin sentido. El nacionalismo estúpido, la megalomanía. Tenemos que lidiar con nuestra ira impotente. Una manifestación no va a salvar a Ucrania. Tampoco firmar la enésima petición digital. Aún así, sentimos que deberíamos estar aquí ahora, en la Plaza del Ayuntamiento de Ponferrada.

La unanimidad es grande. Veo gente de diferentes edades, con diferentes opiniones políticas, creo. Reconozco a la chica rusa que trabajaba en uno de mis bares favoritos. Hay jugadores de la Deportiva Ponferradina. Creo que hay pocas personas que no condenen la invasión. En Holanda es sólo la extrema derecha la que justifica. Lógico. Reconocen en Putin a alguien con la misma ideología. El nacionalismo ciego. Creer en la supremacía de la propia cultura. Curiosamente, noto que en España son principalmente las personas de izquierda las que restan importancia a la invasión. Están de acuerdo con el argumento de Putin. OTAN también se expandió hacia el este. Rusia se sintió amenazada por esto. Hay muchos nazis en Ucrania. Y otras razones sin sentido para enviar gente a la muerte. La extrema derecha y la extrema izquierda simplemente comparten su preferencia mórbida por los machos alfas dictatoriales.

A través de mis clases de holandés online conocí a muchas personas de Europa del Este. Pienso en una de mis primeras alumnas, una chica de Ucrania. Ella tiene la familia allí. ¿Cómo les irá? Y luego está mi estudiante ruso que ahora vive en Holanda. Durante la última clase estuvo completamente deprimido, porque se avergonzaba de su país. Habló sobre cómo los medios en Rusia están librando una guerra de propaganda para que la población apoye la invasión. Usan exactamente los mismos argumentos que la extrema derecha y izquierda de nuestros países.

Así que también estoy aquí para estas personas. Mi estudiante ucraniana. Mis alumnos rusos. Mis alumnos de Bielorrusia y Azerbaiyán. Todos sienten personalmente las consecuencias de esta guerra. Todos sufren del poder de Putin.

Se anuncia un minuto de silencio por los caídos en la guerra. Siempre un momento impresionante. El silencio a menudo dice más que los gritos fuertes.




jueves, 3 de febrero de 2022

Carne

 Es un miércoles por la tarde.
“¿Qué quieres cenar esta noche?”, le pregunto a Ana. Ella levanta la vista de su libro.
"¡Algo rico!", responde.
Con esta indicación un poco vaga me dirijo al supermercado Gadis. Allí siempre hay cosas ricas para encontrar. Deliciosos vinos y sobre todo muchos productos de Galicia.

Unos momentos después estoy dudando entre los estantes. ¿Será algo con pescado? ¿Con mariscos? Ya comimos eso en la comida. Camino al departamento de los embutidos. Mi mirada cae en un paquete de jamón y leo:
‘Jamón curado reserva, de cerdos celtas criados en libertad, alimentados con castañas, sin gluten, sin lactosa.’
Pero es carne. ¿Está moralmente permitido consumir eso?

Porque de repente hay mucho debate sobre la carne en España. Eso tiene que ver con la entrevista que el ministro de consumo Alberto Garzón concedió a The Guardian (AQUÍ). Esto probablemente hubiera pasado desapercibido si el Partido Popular, el mayor partido gobernante en nuestra comunidad autónoma Castilla y León, no hubiera utilizado la entrevista con fines de campaña. Al fin y al cabo, las elecciones de Castilla y León están a la vuelta de la esquina.

Garzón fue casi acusado de traición por atreverse a insinuar en la entrevista que en España se consume demasiada carne y que en las megagranjas se produce carne de mala calidad en condiciones infra-animales. Parecen unos comentarios poco sorprendentes. Después de todo, se puede decir lo mismo de casi todos los países ricos, quizás con los Países Bajos a la cabeza. El resultado de las críticas a las declaraciones del ministro es precisamente lo que no se pretendía: ahora ha surgido una discusión seria sobre cómo se produce la carne y cuáles son las consecuencias para el medio ambiente y la salud.

Menos mal que aquí en el Bierzo no tenemos megagranjas, que yo sepa. Pero no hace mucho había una gran granja de cerdos, en las colinas cercanas al encantador pueblo de Molinaseca. En uno de mis paseos en bicicleta de montaña, una vez tomé un giro equivocado y pasé por allí por accidente. Fue horrible. Había una peste terrible. El suelo estaba contaminado con mierda y sentí náuseas todo el día después. Los chuletones de cerdo de las granjas intensivas desaparecieron definitivamente de nuestro menú.

Si tiene que ser carne de cerdo, preferimos la de cerdo ibérico. Los animales son de color negro, creo que siempre están afuera y algunos llevan una dieta de bellotas, lo que resulta en un producto muy sabroso, pero algo caro. El jamón de los cerdos celtas de Galicia que comen castañas es un intento de competir con el jamón ibérico de la meseta.

De hecho, este producto también podría elaborarse aquí en El Bierzo. Hay tantos castaños en la zona, que muchas veces la gente no sabe qué hacer con las castañas. En muchos pueblos, por ejemplo, se celebran en otoño los magostos, fiestas populares en las cuales se hace un fuego en un sitio bonito para asar las castañas. Bastante sabroso, pero después todavía quedan muchas. Su uso como alimento para cerdos puede resultar en una pieza de carne de alta calidad aunque sea un poco más cara. Pues bien, comeremos menos carne. Y no es necesario talar selvas tropicales para cultivar soja para alimentar a nuestros animales. Una situación de ganar-ganar.

Tranquilizado por todos estos pensamientos, tomo el paquete de jamón sin gluten y sin lactosa de cerdos celtas criados en libertad alimentados con castañas y lo tiro con un ruido sordo en mi carrito de compras. Luego me dirijo al departamento de vinos. Allí la elección es más sencilla: un vino joven berciano de la uva mencía.



jueves, 6 de enero de 2022

Wopke Hoekstra tiene que marcharse

Desde que vivo aquí en España, casi miro todo lo que sucede en Holanda con ojos ajenos. No hace falta decir que trato de estar al tanto de los acontecimientos políticos y sociales, aunque sólo sea porque mi derecho a votar en las elecciones nacionales sigue siendo válido únicamente en los Países Bajos. Y para ser honesto, muchas cosas que están pasando en mi país natal no me gustan nada. Por la instalación del nuevo gabinete el 10 de enero, me limitaré a los desarrollos parlamentarios y no hablaré de todos los informes inquietantes sobre los violentos disturbios de los aficionados al fútbol, los entusiastas de los fuegos artificiales y los negacionistas de virus. Después de todo, lo que se decide en la política holandesa, a través de la Unión Europea, también tiene una influencia sustancial en la vida cotidiana en España. Quiero hablar en particular de Wopke Hoekstra, el ministro de Finanzas saliente y el futuro ministro de Relaciones Exteriores en el nuevo gabinete.

Se hizo particularmente impopular, aquí en España y en el sur de Europa en general, cuando mostró poca empatía durante la primera ola de Covid e intentó con todas sus fuerzas evitar que los fondos europeos se utilizaran para ayudar a los países que entonces estaban muy afectados. Mientras hubo un estado de emergencia en Italia y partes de España, sintió que tenía que señalar que estos países mismos deberían haber ahorrado más en los años anteriores. Fue, por decirlo suavemente, un comentario desafortunado en un momento poco adecuado.

Era un símbolo de algo que había estado sucediendo durante algún tiempo. Los demócratas cristianos estaban perdiendo cada vez más su rostro social. Esto se hizo aún más claro durante el asunto del supuesto fraude con las ayudas sociales. Muchas familias fueron acusadas erróneamente y tenían que devolver todo el dinero que habían recibido en los años anteriores. Por el uso de algoritmos se trataba sobre todo de las familias con los apellidos extranjeros. Esto, por supuesto, fue ampliamente cubierto en la prensa española, también porque la abogada de origen español Eva González Pérez jugó un papel importante en sacar a la luz los abusos. Al final, el gobierno holandés cayó a causa del asunto, pero de manera milagrosa regresarán muchos de los involucrados en el nuevo gobierno, incluido el propio Mark Rutte y también Wopke Hoekstra. 

Cuando leí informes en los medios de comunicación españoles y holandeses de que se mencionaba a Hoekstra en los Pandora Papers, porque tenía acciones en una empresa de buzones en las Islas Vírgenes Británicas, asumí que sus días políticos estaban contados. Después de todo, antes de la caída está la soberbia. Nada resultaba menos cierto. Pero, ¿cómo va a explicar el gobierno holandés a los países del sur de Europa que su ministro de asuntos exteriores, que tanto criticaba la falta de disciplina financiera de los países del sur de Europa, evitaba pagar impuestos por vía de un paraíso fiscal? 

En mi opinión, aquí está en juego la integridad de la política holandesa. Un ministro de Hacienda y también un ministro de Asuntos Exteriores sólo tiene el derecho moral de hablar y juzgar dentro de la Unión Europea si esta persona tiene una conducta impecable. En mi opinión, Wopke Hoekstra no puede, por tanto, convertirse en el nuevo Ministro de Asuntos Exteriores de los Países Bajos.

¿Estás de acuerdo? Entonces firme mi petición (enlace: https://chng.it/P9Ggpf2F2V) dirigida a los parlamentarios holandeses para votar en contra del nombramiento de Wopke Hoekstra. Sí, sé muy bien que esto en realidad no tiene posibilidades de éxito, pero es que vivo en el país de Don Quijote.