miércoles, 20 de julio de 2022

Todo esto es culpa de la gente

Es martes 19 de julio. Por fin hace menos calor. Pero todavía hay humo en el aire. No tengo clases hoy. Mis alumnos cancelaron las pocas clases de holandés que estaban programadas. Será porque la ola de calor ahora ha llegado a Holanda, donde vive la mayoría de ellos. La temperatura puede llegar a los 40 grados allí. Increíble. 

Cuando llego a la Avenida de América con la bolsa de las compras en mi mano, decido sentarme en la terraza del café Gijón a tomar un café. ¡Eso fue hace mucho! Hacía demasiado calor durante tanto tiempo. Carmen, una de las dos propietarias, sale del café con un trapo, quejándose un poco. ‘Acabo de limpiar las mesas, pero ahora están sucias otra vez. Eso es por la ceniza que sigue cayendo.’ Por un momento me preocupa la salud de mis pulmones, ahora que tengo una tos post-covid tan persistente.

Pero sigo disfrutando de sentarme aquí en la calle tomando mi café y leyendo periódicos. Hay muchos artículos sobre los incendios forestales y, por supuesto, sobre la cuestión de quién tiene culpa. En El Diario de León leo una opinión extraña de alguien que piensa que es culpa de los ecologistas, porque de alguna manera estos hicieron desaparecer a las cabras de las montañas (AQUI se puede leer esta opinión). El Mundo sugiere que el presidente Sánchez culpa al cambio climático para no hablar de sus malas políticas de mantenimiento de las montañas (AQUI). Lo curioso es que en los medios de la izquierda es precisamente el gobierno de derecha del estado de Castilla-León el que está siendo criticado por ser el responsable de prevenir y combatir los incendios.

Yo también siento la necesidad de culpar a alguien. Eso es difícil, porque esta vez el fuego no fue encendido a propósito, ni fue resultado de un descuido ganadero (como la última vez en Los Montes Aquilianos). Vimos como empezó. Eso fue el pasado domingo, cuando por la tarde, tras un breve baño en una de las playas fluviales del Bierzo, fuimos a tomar algo en una terraza alta entre los viñedos de Cacabelos. Empezó a tronar, pero apenas a llover. Esta tormenta seca representaba una amenaza, como mostró una columna de humo saliendo de los Montes Aquilianos. Eso fue perturbador. Más tarde, después de la cena, Ana tomó esta foto desde nuestro balcón. ¡Más perturbador aún!
Pero, ¿a quién puedo culpar por estos incendios forestales, que son tan claramente el resultado del cambio climático? En mi mente dejo pasar a los sospechosos habituales. Las grandes empresas de energía fósil suelen citarse como los principales culpables. Y las ganaderías intensivas. O el capitalismo, un término tan general y abarcador que puedes explicar tu pasividad con él. Sí, pero no te olvides de los chinos, dicen otros, aunque la verdad es que un chino produce de media menos CO2 que un europeo. ¿Y toda esa gente que se opone a la instalación de turbinos de viento y paneles solares? ¿No tienen culpa? ¿O tal vez debería buscar la culpabilidad más cerca. Yo mismo he volado bastante en los últimos años. Y desde que vivo en España, también voy muy a menudo en coche, aunque sea como copiloto. Pero claramente el problema es más grande. Todos nosotros, sobre todo en el mundo occidental, hemos contribuido con nuestro consumo y nuestra producción al cambio climático.

Mis pensamientos vuelven a la noche del sábado. Estuvimos en el festival de pop en Ponferrada: Planeta Sound 2022. Por suerte, la banda Lori Meyers actuaba por la noche, cuando la temperatura era más o menos soportable. Todos bailábamos, sudando y cantando con la banda: ‘Todo esto es culpa de la gente, yeah, yeah. Todo esto es culpa de la gente, yeah, yeah.'

AQUÍ se puede escuchar la canción.





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