miércoles, 14 de diciembre de 2011

Elegir


El 20 de noviembre, cuando había las elecciones en España, estaba en Holanda para trabajar. Como remigrante temporal, se puede decir. No perdí mucho, creo. Como extranjero no tengo derecho de votar en España. Además, no tenía ni idea a qué partido votar. Ya era seguro que el PSOE iba a perder. La sola cuestión era si el PP obtendría la mayoría absoluta. Pues, lo logró. Para un guiri es difícil de entender porque tantos votantes son tan masoquistas de votar completamente voluntariamente a un partido que está mezclado en tantos casos de corrupción como el PP. Será que los españoles se han vuelto cínicos: no importa a quien votamos, la corrupción siempre te sale gratis. Aunque, ¿gratis? En mi opinión el conglomerado de políticos corruptos,  oscuros empresarios y las cajas de ahorros en manos de los mismos políticos es una de las causas de la implosión de la economía de España

Estaba todavía en España cuando hubo el debate entre Rajoy y Rubalcaba en la televisión. Hablaban de muchas cosas: la política dudosa del PSOE antes y durante la crisis, la falta del programa del PP, pero las palabras corrupción y enchufismo no las utilizaron ni una sola vez. Tenían sus razones. Porque si hubieran acusados el uno al otro a todos los casos de corrupción en que los partidos están mezclados, el público podría pensar: estos dos tíos tienen razón, no voy a dar mi voto a ellos. Pero en España no cada voto tiene el mismo peso. Hay un sistema de distritos de lo cual se benefician, además de los partidos regionales como el PNV, CiU y el Amaiur, los dos grandes partidos nacionales. Por esto, mucha gente vota, aunque sin muchas ganas, al mal menor entre los dos.

Así es como que la hegemonía de los dos se mantiene. Y siguen distribuyendo los puestos de trabajo a los amigos del partido. En España hasta los jueces están vinculados a uno de los dos partidos grandes. Hace poco estábamos comiendo en un parador en la sierra de Gredos, cuando me contaban que los paradores son una empresa del estado y que el directivo de los paradores es un amigo de Zapatero. Casi perdí el apetito oyendo esto.

¿Pero funciona en Holanda la democracia mejor? Hay muchos partidos en el parlamento con muy diferentes ideas: izquierda, derecha, conservadora, progresista, abierto al mundo, proteccionista. Este menú amplio es una ventaja. Llegar a una coalición puede durar mucho tiempo en Holanda. Se necesita al menos tres partidos. Una desventaja, quizás. Hay partidos un poco extraño. El partido de los animales, por ejemplo. O el populista Partido de la Libertad, que entre otras cosas, quiere introducir un impuesto especial a los velos de las mujeres musulmanas y prohibir a estas mujeres de viajar con transporte público con velo. No es nada más que fastidiar a un cierto grupo minoritario, me parece a mí. Y en este momento el Partido de la Libertad es uno de los grandes partidos en Holanda. El gobierno minoritario de este momento depende de su apoyo. Es absolutamente una vergüenza. Casi razón suficiente para cambiar de nacionalidad.

Entonces, tengo una propuesta. Si uno de los grandes partidos en España viene con un programa reformista de veras: una reforma del sistema de votar para que cada voto valga el mismo, una separación completa de justicia de la política y una tolerancia cero a corrupción, clientelismo y enchufismo, yo prometo pedir la nacionalidad española para poder votar este partido. ¿Qué? ¿Hacemos un trato?

1 comentario:

  1. en el ranking del corruptódromo que un día te envié verás que efectivamente los casos de corrupción se reparten equitativamente...lamentablemente es una lacra que corroe a los humanos sean del color que sean, mientras el sistema lo permita, una pena...al final nos vamos desnudos.

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