lunes, 8 de julio de 2013

Antigots

La semana pasada estuvimos en Menorca. Un pequeño paraíso. Allí la costa no está estropeada por el turismo masivo. Casi no se ve los grandes hoteles que determinan el panorama de tantas otras costas. Para llegar a las calas más bonitas se debe andar desde un aparcamiento por un paisaje silvestre hasta llegar al mar de color azul turquesa. Las ciudades y los pueblos tienen una mezcla agradable de mucho ambiente y mucha tranquilidad. No vimos mendigos, tiendas cerradas u otras señales de la crisis pendiente. Vale, encontramos un Compro Oro en el capital Maó, es verdad, pero este tenía que combinar este negocio con la compraventa de coches de segunda mano. Se vive bien en Menorca, está claro.

Los últimos días nos quedamos en una granja en el Parque Natural en el este de la isla. El granjero nos dio una llave para abrir la cadena que cerró una verja hacia unos caminos. Nos indicó dónde ir. ‘Hacia allí caminas al mar y a unas calas vírgenes,’ dijo, ‘en esa dirección está la albufera y detrás de la granja del vecino están los antigots (palabra basada en antic: antiguo).’ El día después nos dirigimos por la mañana antes de todo hacia los antigots. Ya habíamos visto algunos, estos restos de la cultura prerromana que dominaba Menorca hace unos 3000 años. Pero esta vez era más especial, quizás por la exclusividad de la visita, o por la suave luz de la mañana. No había nadie. Y probablemente todo el día no habría nadie. Con respeto contemplamos la taule, una enorme piedra erigida que sostiene otra piedra horizontal encima. Los habitantes de entonces utilizaban esta construcción para sostener un techo de una tumba o de un templo quizás. Nos impresionó la construcción sencilla, que nos llenaba de sentimientos espirituales, casi religiosos. Susurrábamos unos comentarios de admiración. ‘Pero se llaman antigots’, dije estropeando el ambiente espiritual, ‘lo que en holandés o inglés parece a la palabra anti-dioses.’ Lentamente llegamos a la conclusión que, aunque fuera la intención de honrar a los dioses, muchos edificios religiosos muestran lo contrario: el poder de los humanos. Lo que nos impresiona de las pirámides, las catedrales medievales y los antigots es que la gente ya entonces era capaz de construirlos con las técnicas tan primitivas. Eran trabajos de muchos años, mucho esfuerzo, mucha dureza. Y esto para obras sin utilidad directa para la vida cotidiana. ¿Qué pensarán las generaciones futuras de las construcciones de hoy día? ¿Qué pensarían, por ejemplo, de la Torre de la Rosaleda en Ponferrada en el caso improbable que el edificio sobreviviera tantos años?

Nuestros comentarios habían llevado nuestros pensamientos de vuelta hacia el Bierzo prematuramente, tres días antes de terminar estas vacaciones demasiado cortas. Efectivamente, la Torre de la Rosaleda tiene algo en común con la taule que estuvimos contemplando. Erguido, apuntando al cielo. Además, justamente como en el caso de las taules, El Torre de la Rosaleda no parece tener ninguna utilidad directa. La tasa de crecimiento de la población no indica ninguna necesidad de tantos metros cuadrados de apartamentos. Los visitantes futuros de la ruina pensarán que debía haber algún motivo religioso. Quizás habrá una pareja que, después de la contemplación inicial llena de sentimientos espirituales, casi religiosos, llega a la conclusión que el edificio es sobre todo una muestra del poder humano en vez de los poderes divinos. Y la pareja futura tendrá razón. El Torre de la Rosaleda quizás tiene este mensaje. Muy impresionantes estos montes, estos ríos, el sol, el mar, que son las obras de la naturaleza, de la casualidad, del dios, los dioses o las diosas  ¡Pero mira lo que podemos hacer nosotros! ¡Mira qué edificio sin ninguna razón hemos construido, solamente por el dinero. Es el símbolo profano por excelencia. Un dedo erguido hacia el cielo.


 La Taule cerca de Sa Torre Blanca en Menorca

La torre de la Rosaleda en Ponferrada

2 comentarios:

  1. Sé de tu castellano incorrecto, te entendemos, pero esta vez te corrijo, La Rosaleda es un barrio en el cual se encuentra la "Torre de la Rosaleda". Los que no conozcan ponferrada lo agradecerán y entenderán mejor la opinión de roland.

    ResponderEliminar