sábado, 1 de agosto de 2020

La mujer dormida

A pesar del artículo masculino siempre he asociado El Bierzo con una mujer. Que no, esto no es solamente porque mi mujer es una Berciana de pura cepa.

La asociación con una mujer tiene todo que ver con la forma de la sierra en el sur de la comarca. Durante uno de nuestros primeros recorridos con coche entre su pueblo natal Bembibre y Ponferrada mi mujer me lo indicó, como su padre se la había indicado tantas veces cuando era una niña. En las siluetas de la montaña se puede reconocer una mujer dormida. Al principio me costaba, pero una vez que lo vi tenía que mirarla cada vez que conducíamos allí: las melenas largas estiradas hacia atrás, una manta que llega hasta sus pechos y cubre la barriquita, las piernas y sus pies. 


Desde luego fui a visitarla varias veces, allí en la montaña. Desde cerca resulta que la mujer dormida consiste en rocas ásperas y en pendientes inaccesibles, cubiertas de arbustos espinosos. La Guiana se llama la montaña que forma sus pies, sus pechos son las rocas de Las Peñas de Ferradillo, su cara es Las  Peñas de Voces y sus melenas caídas hacia atrás es una cresta que casi llega hasta Las Médulas. 

Pero hace unos meses, cuando volvimos desde Galicia a casa, vimos a la mujer desde otro ángulo y nos dio un susto. Parecía haberse movido sobre su costado. Con los ojos inexpresivos miraba fijamente hacia el valle de El Bierzo. La verdad es que parecía mas bien agonizante que dormida.


 
Mientras una mujer dormida puede ser una idea tranquilizadora, sobre todo para un guiri que ya se pone un poco mayor, será mala noticia si el símbolo de El Bierzo es una moribunda. La verdad es que económicamente y demográficamente este es el caso. Pertenecemos a La España Vacía. La agricultura no genera mucho empleo, en la ausencia del mar no hay el turismo de masas y las minas de carbón se cerraban. 

Tal vez fuera justamente la minería que tanto ha agotado a la mujer dormida. El Bierzo daba a luz al oro para las monedas romanas, a la pizarra para los techos de las casas, y al carbón para la industrialización y las centrales térmicas. Después de estos partos tan duros quedaban cicatrices y a veces desapareció gran parte de la montaña. Las Médulas, donde los romanos arrastraban un monte para obtener oro, es ahora uno de los más importantes monumentos de la región. Esperamos que todos los pozos y las escombreras de carbón una vez puedan ser utilizados para objetivos educativos y turísticos.  

Hay tantas otras posibilidades en esta comarca. La naturaleza es abundante y llena de animales, de los cuales algunos son muy emblemáticos, como los lobos y los osos. El casco histórico de Ponferrada y los pueblos antiguos tienen potencial turístico, aunque en este momento hay mucha decadencia. La tierra en el valle es fértil y hay mucha voluntad y conocimiento para producir productos de calidad. La mujer dormida merece ser despertada con un beso o, si necesario, ser reanimada. Si prometemos que esta vez no vamos a dejar tantos cicatrices, se despertará.

Mi videoclip sobre esta tema se puede escuchar AQUI


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