viernes, 25 de abril de 2014

Aparcar en Ponferrada



Es un hermoso día primaveral. Ando hacia la parada del autobús en frente del bar Gijón, donde suelo ver los partidos de fútbol. Mientras estoy mirando hacia el principio de la Avenida si llega mi autobús, veo a Pepe acercándose a mí. Ningún idea porque los españoles siempre llaman Pepe a los Josés, pero les sigo. Pepe se puede caracterizar con las palabras: viejo hippie. El pelo largo, la ropa no exageradamente cuidada, ojos que claramente vieron los años sesenta desde muy cerca. Pero es una persona culta y muy civilizada. Nos encontramos a menudo porque los dos somos hombres callejeros y casi siempre cuando nos vemos Pepe empieza un discurso sobre el arte. Es un experto de la literatura, la música, el cine y el teatro. Muchas veces me habla sobre holandeses famosos, Van Gogh, Rembrandt, Focus (un grupo de música de los años setenta), probablemente para acariciar mi orgullo nacional. Pero también sobre diversas artistas españoles puede llenar una hora sin ningún problema. Al principio tenía la impresión que antes de salir de la casa se ha memorizado un discurso, pero ahora estoy convencido que Pepe sabe todo los datos de memoria. Debe ser que los vecinos muchas veces se preguntan de qué demonio este viejo hippie con el pelo largo y este guiri sin ningún pelo están hablando todo el tiempo.

Pepe para en frente de mí y empieza: ‘Hola estimado amigo del norte, acabé de leer un libro de unos de estos autores que la mayoría de la gente no conoce pero que sin embargo tenía un papel muy ………’ Mientras Pepe continúa sobre el autor cuyo nombre nunca he oído en mi vida, un coche aparca en medio de la parada del autobús. El conductor sale y entra en Café Gijón. Pepe interrumpa su discurso y opina: ‘Somos un pueblo de sinvergüenzas y maleducados.’ Sus largos pelos sacudan por la indignación. Le contradigo: ‘No se puede juzgar un pueblo por el comportamiento de una persona. En Holanda también tenemos muchos golfillos incivilizados.’ Nuestra conversación está interrumpida por la llegada del autobús que por el coche mal aparcado tiene que parar en medio de la calle. Subo, pongo mi tarjeta ciudadana en frente del scanner para pagar y me siento. Mirando por la ventana constato que la manera en que los coches están aparcados en la Avenida de América parece apoyar las opiniones negativas de Pepe sobre sus compatriotas. En cada esquina de las calles hay un coche aparcado, a veces por la mitad sobre el paso de cebra. Sobre todo cerca de correos reina la anarquía: coches están aparcados en medio de la calle; incluso uno está aparcado en la rotonda misma.

Hay holandeses que durante las vacaciones aprecian mucho la supuesta anarquía del tráfico en los países mediterráneos. Tienen la idea romántica que allí la gente no se preocupa tanto por las reglas. Qué todo se arregla con tranquilidad y naturalidad. Pero no es así. Los coches mal aparcados molestan a la mayoría de la gente, porque de veras causan situaciones peligrosas. Si quieres ir por la Avenida de América desde una calle lateral, no se puede ver nada por los coches mal aparcados en las esquinas.

No se trata de una diferencia de la mentalidad. Recuerdo como en los años setenta ir con bicicleta por Ámsterdam solía ser peligroso por las complicadas situaciones de tráfico y los coches aparcados por todos lados. Todo cambió por las normas y los guardias de tráfico. Reglas no solamente tienes que crear sino también que mantener. En la Avenida de América nunca vi a la policía de tráfico. Si ellos vinieran en un día laboral a este barrio para dar multas, el ayuntamiento de Ponferrada tendría el presupuesto del 2014 arreglado. Aunque temo que esto solamente sería a corta plaza. Después todo el mundo observaría las reglas minuciosamente. 
 En frente de Correos

Coche de la autoescuela aparcada en una rotonda

2 comentarios:

  1. hola ,aqui puedes ver porque llaman Pepe a los Josés.
    http://www.que.es/ultimas-noticias/curiosas/201403190800-jose-llama-pepe.html
    un saludo.

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